La necesidad de compartir sus saberes sobre música e instrumentos propios de Ecuador fue lo que llevó al maestro Jaime Lárraga a enrumbarse en una travesía con el fin de rescatar la cultura y conocimientos ancestrales que se transmiten de una manera oral de generación en generación. Jaime posee una formación musical y cultural, la misma que la fue adquiriendo desde muy joven y de una manera autodidacta. En el año 2017, decidió dedicarse completamente al estudio de la cultura musical del país y difundirla en centros educativos.
Por tal motivo, en el año 2019 brindó un taller con seis estudiantes de INEPE en el cual los y las jóvenes crearon pallas, instrumento musical andino de viento. Los alumnos asumieron el taller con mucho interés, adquiriendo además el conocimiento necesario para tocarlas, y Jaime, al ver su dedicación, los preparó para el intercolegial musical Suena Pichincha, en el cual el grupo quedó en tercer lugar entre 500 participantes.
Ahora, con la vuelta a la presencialidad, Jaime reflexiona que este periodo de pandemia dejó en evidencia muchos problemas de la educación y también muchas enseñanzas. Es así que preparó un taller: «El género musical de la bomba del Chota» que se impartió durante dos semanas a los estudiantes de la Unidad Educativa con el fin de rescatar la cultura ecuatoriana y reconocer el papel que tuvo la naturaleza en la creación de los géneros musicales e instrumentos andinos.
Jaime comenta a sus estudiantes que “nuestra cultura no es industrializada, los instrumentos se producen de una manera artesanal y utilizando recursos naturales de la zona, por lo cual, antes de fabricar un instrumento, el artesano trabaja en su conexión con la naturaleza, para que, al momento de armar la palla, quena, zampoña, etc, la energía de los recursos se mantenga.”
En cada taller se pudo observar la naturalidad con la que los jóvenes apreciaban cada instrumento, ellos se sorprendieron que al escuchar los sonidos, desconocidos para muchos, los sentían parte de su identidad. A su vez, se buscó crear un espacio de debate con los y las estudiantes, invitándoles a ser críticos y reflexivos sobre cómo la globalización está haciendo que se pierdan muchos conocimientos ancestrales que tienen como principal forma de difusión, la comunicación oral.
“Los chicos y chicas asumieron con mucho cariño y responsabilidad las enseñanzas que se les transmitió, les dio mucha curiosidad conocer el origen de cada instrumento y la historia que hay detrás de cada género musical” comenta Jaime, quien luego de cerrar su último taller el día viernes 25 de febrero, salió con felicidad y emoción al ver que los alumnos se comenzaron a sentir identificados con lo que es su propia cultura e historia.