En INEPE los vecinos y vecinas del barrio La Dolorosa preparan todos los años la colada morada, bebida ancestral que tiene como base la mora y el mortiño. Junto con una guagua de pan, todos y todas quienes conformamos la comunidad educativa disfrutamos de esta deliciosa bebida. La particularidad de nuestra “morada” es su elaboración en una fogata alimentada con leña de eucalipto.
Esta costumbre se realiza anualmente, incluso antes de la creación de INEPE. Para los moradores del barrio era una tradición que cada familia la prepare y la comparta con las demás personas de la comunidad. De esta manera todos y todas podían saborear las diferentes recetas y compartir sus saberes mientras recordaban a las personas que ya no nos acompañan de forma física.
Posteriormente, y para rescatar esta tradición, en el auge de las organizaciones sociales, los y las jóvenes de ese entonces, que formaban parte del grupo Juventud Unida, iban a las faldas del volcán Guagua Pichincha a cosechar mortiño y realizaban diferentes actividades para recaudar fondos y poder comprar los otros elementos necesarios para la preparación de la colada.
Los compañeros y compañeras se reunían en la casa de María Pillajo y Francisco Yugcha, padres de nuestras docentes Fanny, Martha y Mercedes Yugcha, para elaborar la colada morada y poder brindar a todos y todas las vecinas del sector con la finalidad de que esta tradición no se pierda y mantener unida a la comunidad.
En la actualidad, aquella propuesta se la ha seguido manteniendo año tras año, las compañeras Carmen Nieto y Silvia Pillajo, madre y hermana de nuestros docentes Elvia y Darwin Pillajo, llegan desde temprano a prender el fuego y continuar con la preparación de la colada morada, que ya habían comenzado las compañeras del comedor vísperas al día de los difuntos.
Todos y todas esperamos con mucha alegría este día para saborear la deliciosa bebida y tener un momento ameno con toda la comunidad. Nos llena de felicidad observar a los niños y niñas su disfrute al probar la colada morada con sus compañeros. Es enternecedor verlos sumergir el pan en la colada para luego comerlo, mientras cuentan sus anécdotas familiares.
Cada vez menos familias elaboran este alimento de manera colectiva, la mayoría compra la colada morada en restaurantes o panaderías, perdiendo así el sentido de amor filial. Nosotros estamos empeñados en mantener viva esta tradición. Se entrega el alimento a vecinos, vecinas, estudiantes, docentes, personal administrativo y todos quienes gusten visitar INEPE para compartir y fortalecer nuestro sentido de pertenencia a la comunidad.