Marx Lenin Álvaro Granja
Primer Director del Instituto de Investigación, Educación y Promoción Popular del Ecuador INEPE
(Riobamba, 29-08-1931 – Quito, 04-02-2017)
El paso al que muchas personas llaman muerte y en el budismo se denomina desencarnar, lo dio Marx Lenin (“papamarxito”) el 4 de febrero de 2017 rodeado de su esposa, sus hijas, hijos y mi persona. Durante los 12, 18 o 24 meses previos a ese paso mi abuelito se mantuvo en silencio y contemplación.
A seres como él les duele tener que partir porque esto implica dejar de servir a otros, por ello meditó sobre “el misterio del Ser” hasta su última exhalación.
Antes de la segunda pulmonía que soportó, una ocasión le pregunté por qué ya no conversaba tanto y su respuesta me dejó atónita y pensativa: “porque el misterio de la existencia se comprende mejor en silencio”. Pese a ello, recuerdo claramente que en una breve entrevista cuando sus ánimos mejoraron, me dijo que le alegraba haber llegado a los 80 años junto a su esposa y sentir que siempre vivió en función de la educación y el servicio desinteresado. Hasta avanzada edad elaboró nuevos materiales didácticos para el INEPE y pintó cuentos gigantes (libros parlantes) para las niñas y niños que empiezan a leer.
Sólo con la enfermedad y la vejez dejó de ocuparse todo el tiempo de cuidar de otros y se dejó cuidar. Seres humanos como él emanan solidaridad hasta sus últimos instantes y heredan al mundo un legado de servicio que se mantiene en quienes lo conocimos por haberlo dejado tan preciosamente sembrado.
Hoy, todo su ser late en el INEPE, en quienes trabajamos por construir comunidades y organizaciones que respetemos cada fase de la vida. Debido a esto, lo que empezó como un obituario es, en realidad, un homenaje a papamarxito.
Infancia, juventud y adultez
Mi abuelito Marx Lenin (“el de los nombres revolucionarios”) nació en Riobamba el 29 de agosto de 1931 y fue el tercer hijo de Luis Felipe Álvaro Peñafiel y de Carmelina Granja. Su padre fue uno de los fundadores del Partido Socialista (1926) en el que ejerció la función de Secretario. En 1934 la familia se trasladó de Riobamba a Quito y estaba conformada por 5 hijas e hijos además de Marx: Julieta, Gilberto, José, Tellman y Vladimiro.
En 1936 Marxito inició sus estudios primarios en la Escuela Sucre de Quito en la que desarrolló habilidades en artesanía, al mismo tiempo que al ayudar a su padre –reconocido sastre en la capital pues confeccionaba los trajes de políticos ecuatorianos y de los cónsules de México y España- aprendió a planchar ternos y a hacer empastados.
Posteriormente, en 1943, inició sus estudios secundarios en el Colegio Mejía, pero de forma abrupta su vida y sus estudios se truncaron cuando su madre murió luego de soportar varias operaciones por una inflamación de la tiroides a la que se denomina bocio.
Tras este hecho doloroso, Marx estudió su bachillerato en el primer colegio nocturno de Quito, el Colegio Abraham Lincoln (con la intención de obtener el título que se requería para ingresar a la Universidad, pues su vocación era la Medicina) y, simultáneamente, asistía en la mañana al Normal Juan Montalvo (para conseguir trabajo como profesor). Ayudaba a sus hermanos y a su padre con las labores de sastrería haciendo pantalones, chalecos y la que se convirtió en su especialidad: levas para jorobados.
Para la década de 1940 los artesanos de zapatería, sastrería y carpintería constituyeron una organización sindical en Quito de la que el padre de Marx fue parte. Como Secretario General del Comité Central de Defensa Indígena (parte de la Federación Ecuatoriana de Indios, FEI) Luis Felipe trabajó con Dolores Cacuango, Diógenes Paredes y Ricardo Paredes en la organización del Segundo Congreso de Indios Ecuatorianos en 1946. En este ambiente, Marx apoyó en la difusión del concurso de artes plásticas indigenistas de ese año.
Las relaciones de su padre, Luis Felipe, con el movimiento indígena y obrero marcaron la juventud de Marx. Visitó constantemente la Casa del Obrero y leyó obras proporcionadas por sindicalistas de Colombia, México, Cuba, Panamá y España. No eran solamente lecturas de formación política, sino también pedagógica y científica. Así, trabajó en la provincia de Cotopaxi junto a su padre en la alfabetización de diversas comunidades indígenas, entre ellas la de Zumbahua. Más tarde y fruto de experiencias similares conoció a Tránsito Amaguaña y a María Luisa Gómez de la Torre.
Con los títulos de Bachiller y de Normalista y apenas 19 años, consiguió una plaza de trabajo en la provincia de Pastaza en la Escuela Pío Jaramillo Alvarado de Fátima. En sus salidas al Puyo se conoció y se enamoró de Inés Matilde Lugo Villacrés, durante las Veladas artísticas. Ella era también profesora y vivía con su familia en Mera. Aunque la familia de Inés se oponía a que se casara con un socialista y ateo, tras tres meses de noviazgo contrajeron matrimonio.
Junto a Inés, Marx trabajó en la Escuela de Fátima, a la que acudían sobre todo los hijos de colonos que entraban desde Ambato a sembrar caña y naranjilla. El ateísmo de Marx nunca impidió que trabara una profunda amistad con el sacerdote salesiano Luigi Origatti con quien lucharon para conseguir obras para la comunidad como la luz eléctrica o la construcción de la iglesia del pueblo. Largas e intensas tertulias mantuvieron el profesor y el cura, siempre respetuosas, siempre argumentativas.
Más tarde, tras el pase de los esposos al Puyo, Marx fue nombrado Supervisor escolar de la provincia e Inés fue profesora de la Escuela Femenina Andoas. Allí, Marx llegó a ser candidato a diputado y escribió el Himno de la capital provincial.
Como no se ha escrito una Historia de la Pedagogía en el Ecuador, se desconoce el hito que marcaron los Normales en la excelente formación de los maestros de entonces. En el Puyo se juntaron un grupo de ellos y formaron un pequeño pero ilustrado movimiento pedagógico que realizó aportes didácticos y metodológicos entre los que se cuentan los de Marx e Inés: la creación de material de investigación y de estudio, así como las primeras granjas didácticas.
Padre de 3 mujeres y 2 varones
Junto a Inés, Marx Lenin tuvo cinco hijos: Rosa Carmelina, Inés Lilián, Lenin Eduardo, Lina Marithza y Washington Bolívar. En 1963 la familia se mudó de Pastaza a Quito.
En la capital, Marx inició y culminó su formación como Licenciado en Filosofía y Letras en la Universidad Central del Ecuador, estudiando nuevamente en las noches. En 1976 recibió su título con el que se le reconoció también como el mejor egresado de Pedagogía.
Con un préstamo del Banco de la Vivienda compraron junto a Inés la casa en el sur de Quito en la cual habitamos hasta el día de hoy con mi abuelita, sus hijas, nietas y bisnieta.
Más adelante y debido a la experiencia acumulada de Marx, el Ministerio de Educación le otorgó el cargo de Inspector educativo provincial. Para actualizar los sistemas de aprendizaje, metodologías y creación de material didáctico viajó a distintos países de Europa y América. Con su equipo fueron pioneros en implementar la metodología de Paulo Freire en el Ecuador.
Abstemio radical en un ambiente plagado por el alcoholismo, se destacó por otros distintivos tan singulares como los que recuerda mi tía Lilián: “Nunca en mi vida he visto que mi papi y mi mami discutan, nunca. Nunca en mi vida le he visto a mi papi fumar un cigarrillo, nunca en mi vida le he visto a mi papi borracho, nunca. Jamás una mala palabra en la casa. Así hemos sido criadas las mujeres y los varones de esta familia”.
Un papamarxito de tantos y primer director del INEPE
Cuando sus 3 hijas y 2 hijos formaron sus familias, Marx se transformó en “papamarxito” e Inés en “maminesita”. Toda su descendencia nos hemos educado en el INEPE, incluyendo en la actualidad su última nieta y una bisnieta. Como familia, hemos sentido la vocación de la docencia y elegimos ser docentes aquí.
El Instituto de Investigación, Educación y Promoción Popular del Ecuador (INEPE) fue un acto más de valentía y solidaridad de Marx. En 1985 con su firma apoyó la legalización de este proyecto de nueva sociedad que es el INEPE, del que fue su primer director. La naciente organización comunitaria era el siguiente paso que dio un grupo de valientes jóvenes de izquierda, -entre ellas sus hijas- quienes habían trabajado previamente en la organización barrial y juvenil.
Tras los años difíciles de persecución política del gobierno de León Febres Cordero (1984-1988), pero reanimado con el triunfo de Rodrigo Borja Cevallos como presidente en 1988, Marx se jubiló. Como primaba en él la convicción de que los seres humanos podemos ser personas serviciales y generosas, fue docente del INEPE de Dibujo Técnico y de Manualidades con material reciclado. Destinó cientos, o tal vez miles de horas a convertir su cariño y respeto en globos terráqueos, planisferios, mapas, macetas y carteleras.
Papamarxito nos motivó a diario al constatar con alegría la consolidación del INEPE como una propuesta única en el mundo y atestiguó la graduación de la primera promoción de bachilleres en el 2002.
A sus nietas y nietos nos repitió que debíamos crecer en este mundo siendo personas sanas y sin vicios, que preocuparnos y estar en relación con quienes nos rodean genera sentido de vida, de responsabilidad y de pertenencia.
En el 2013 papamarxito, mamainesita y yo nos reuníamos para recuperar la historia de su vida. Ambos me contaron detalles que se complementaban y que fueron trasladados al libro Mi vida en anécdotas, el cual fue presentado en la Unidad Educativa INEPE en enero del 2017, ante más de 700 estudiantes y 40 docentes un mes antes de su fallecimiento.
Marx Lenin tuvo claro que la liberación en el capitalismo será tanto de los oprimidos como de los opresores y ésta pasa por la educación crítica y el autoconocimiento. Sus reflexiones y el recuerdo de su voz, de sus pinturas y de sus silencios me provocan sonrisas y la melancolía ante su ausencia física deja de ser invitada principal pues la gratitud toma el lugar que le corresponde en esta historia, en esta memoria de nuestra vida, posible gracias a sus herencias: una memoria plagada de melodías, de dolor, de aprendizajes y de sabiduría.